Este viernes ha comenzado en un tribunal de la provincia de Hunan, en el sureste de China, el juicio contra nueve personas implicadas en el caso de un adolescente que vendió un riñón para poder comprarse un iPhone y un iPad.

Los fiscales han afirmado, según la agencia de noticias Xinhua, que esas nueve personas, entre las que hay un cirujano, tienen responsabilidad penal por infligir heridas intencionadamente.

Song Zhongyu, un cirujano que trabajaba en la provincia de Yunnan, le extrajo a un estudiante de 17 años de apellido Wang un riñón, el cual luego se lo trasplantaron a otra persona en abril del año pasado.
Cuando el joven volvió a casa y le preguntaron cómo había conseguido el dinero para comprar el iPhone y el iPad, este le confesó a su madre que había vendido uno de sus riñones. Tras la operación, empezó a tener problemas renales.

He, Yin, Tang, Song y Su fueron detenidos en julio del año pasado. Además, otras cuatro personas que participaron en la operación (dos enfermeras, un ayudante del cirujano y un anestesista) están bajo vigilancia domiciliaria desde el pasado marzo. El abogado de Wang ha solicitado una indemnización de 2,27 millones de yuanes, algo así como más de 290.000 euros.

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