Investigadores de la Universidad de Manchester descubrieron la novedosa propiedad del material hecho de láminas de carbono de un átomo de espesor, el cual realiza un proceso autónomo de reparación para corregir sus imperfecciones.

El equipo buscaba en un comienzo agregar contactos de metal a las tiras del material para poder rentabilizar sus propiedades electrónicas.

Este proceso genera agujeros en el grafeno, por lo que los científicos quisieron indagar en sus causas y dispararon corrientes de electrones en las hojas del material para después ver los resultados a través de un microscopio.

Así descubrieron que cuando los átomos de carbono pasan cerca de las hojas de grafeno, éstos encajan en los lugares que presentan agujeros, logrando su reparación automática.

“Simplemente ocurrió sin que nos diéramos cuenta. Lo hemos repetido unas cuantas veces y luego tratamos de comprender cómo ocurrió”, dijo Quentin Ramasse del laboratorio SuperSTEM.

Las formas irregulares en las hojas de grafeno se generan por moléculas llamadas hidrocarburos, que son producto del carbono que se puede presentar a su alrededor. Algo parecido ocurre cuando los átomos de metal pasan cerca, los que crean agujeros en los bordes.

Sin embargo, los átomos de carbono puro chocan con los átomos de metal fuera del camino, reparando a la perfección los agujeros y formando un enrejado fresco e ininterrumpido de hexágonos.

“Si usted puede controlar el reservorio de carbón de un agujero, reduciéndolo a pequeñas cantidades, se podrían arreglar los bordes del grafeno o reparar los agujeros “, dijo Ramasse.

“Sabemos cómo conectar pequeñas tiras de grafeno, perforarlo, adaptarlo, esculpirlo; y ahora parece que podríamos ser capaces de hacer volver a crecer de una manera razonablemente controlada”.

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