Ahora los drones pueden detectar y diferenciar terrenos sin intervención humana. En una investigación reciente, a través de un algoritmo y con el uso de inteligencia artificial, se ha logrado que los drones puedan realizar esta tarea sin necesidad de manipulación humana. El algoritmo también puede predecir y compensar las variaciones de viento a las que se expone el dron.

En el futuro los pilotos de drones pueden volverse innecesarios. En una nueva investigación de la Universidad de Aarhus, se logró que la inteligencia artificial tomara el control del escaneo y la medición del terreno mediante el uso de drones.

Una investigación en la Universidad de Aarhus (AU), en colaboración con la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU), ha logrado que la inteligencia artificial controle drones para medir y documentar terrenos de grava y piedra caliza. Lo que buscan es que en el futuro esta tarea pueda ser mucho rápida, barata y sencilla.

Erdal Kayacan, profesor asociado, experto en drones e inteligencia artificial del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Aarhus, comentó que lograron que todo el proceso sea automatizado: “Le decimos al dron por dónde comenzar, la pared y las dimensiones de roca que queremos fotografiar, y luego vuela en zig-zag y aterriza”

La tarea de medir y documentar terrenos de grava y piedra caliza, acantilados y formaciones artificiales, se suele realizar con drones que fotografían el área. Luego los datos se envían a una computadora que los procesa y convierte todo en un modelo 3D del terreno.

Pero todo este proceso resulta muy costoso, además de que requiere tiempo porque el dron debe controlarse de manera manual por un operador humano. Este mantiene una distancia constante sobre el segmento de excavación, mientras que simultáneamente mantiene la cámara del dron enfocando a la pared de una manera precisa, para que luego las imágenes puedan ser procesadas.

Kayacan comenta que el algoritmo empleado asegura que el dron siempre mantenga la misma distancia sobre el terreno y que la cámara se posicione de manera constante, a la vez que el algoritmo puede procesar información actualizada del viento que afectará el vuelo del dron.

Kayacan explica que “El dron en realidad no mide el viento, estima el viento sobre la base de la información que recibe mientras se mueve. Esto significa que el dron responde a la fuerza del viento, al igual que cuando los seres humanos corregimos nuestros movimientos al estar expuestos a un fuerte viento”.

Asimismo, Mohit Mehndiratta, un Ph.D. estudiante del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Aarhus, explica que para superar el viento, que es el principal obstáculo que afecta a las aeronaves no tripuladas, implementaron procesos gaussianos, que permiten saber información de las ráfagas y la velocidad del viento. El dron recibe toda esta data en tiempo real, y puede prepararse.

Este proyecto de investigación fue realizado en colaboración con el Centro Danés de Investigación y Tecnología de Hidrocarburos en DTU. Los resultados arrojados se presentarán en mayo de 2020, en la Conferencia Europea de Control.

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