Una red neuronal llamada EmoNet ha sido diseñada para clasificar automáticamente los sentimientos de una persona. Investigadores de la Universidad de Colorado y la Universidad de Duke desarrollaron este sistema como un avance para que la IA pueda comprender y reaccionar a las emociones humanas.

La red neuronal es capaz de clasificar con precisión las imágenes en 11 emociones, algunas con mayor seguridad. Las imágenes que expresaban ‘antojo’, ‘deseo sexual’ y ‘horror’, fueron identificadas por la IA con mayor confianza. Mientras que la  ‘confusión’, el ‘asombro’ y la ‘sorpresa’ fueron más complicadas para EmoNet y se consideraron emociones abstractas.

EmoNet se entrenó con una base de datos de 2,185 videos que representan 20 emociones. Estas son las emociones específicas que se encuentran en los clips:

  • Adoración
  • Apreciación estética
  • Diversión
  • Ansiedad
  • Temor
  • Aburrimiento
  • Confusión
  • Ansiedad
  • Asco
  • Dolor empático
  • Timidez
  • Excitación
  • Aprensión
  • Horror
  • Interés
  • Alegría
  • Romance
  • Tristeza
  • Deseo sexual
  • Sorpresa

Se extrajeron 137,482 cuadros de los videos para entrenar la red neuronal. Luego, con la colaboración de 18 voluntarios, se midió su actividad cerebral cuando se mostraron 112 imágenes diferentes, para mejorar aún más el modelo. Y tras la capacitación, los investigadores utilizaron 25,000 imágenes para validar sus resultados. La IA logró clasificar las imágenes no solo observando los rostros, sino también el color y los espectros espaciales y los objetos de la escena.

Con este tipo de tecnología, la IA pueden avanzar muchísimo hacia varias direcciones. Pero particularmente, puede ser muy beneficiosa para detectar afecciones de salud mental, por ejemplo. No obstante, falta mucho para confiarle a la IA aspectos tan importantes como la salud mental. De hecho, hace tan solo unas semanas, un estudio que no se puede confiar en el reconocimiento emocional por parte de la IA, según una revisión de otros 1,000 estudios.

De momento, significa un gran avance en un camino largo, que intenta lograr que la inteligencia artificial comprenda, procese y reaccione ante las emociones humanas.

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