Antes de que la impresión 3D se convierta en el mecanismo de producción a gran escala de la mayoría de dispositivos, es necesario que se superen varios desafíos. Hoy en día, la impresión 3D se utiliza principalmente para la creación de prototipos y la producción de piezas especializadas de bajo volumen. Sin embargo, Inkbit, una puesta en marcha de MIT, está trabajando para llevar todos los beneficios de la impresión 3D a una gran cantidad de productos que nunca se han impreso antes, con la ayuda de la IA y Machine Vision.
Una impresora 3D que aprende sobre las propiedades de un material
Inkbit quiere hacer uso de la impresión 3D para volúmenes que interrumpirían radicalmente los procesos de producción en una variedad de industrias. Lo está logrando al combinar su inyección de tinta de múltiples materiales en la impresora 3D con sistemas de aprendizaje automático y Machine Vision. El sistema Vision escanea exhaustivamente cada capa del objeto a medida que se imprime para corregir errores en tiempo real, mientras que el sistema de aprendizaje automático utiliza esa información para predecir el comportamiento de deformación de los materiales y hacer productos finales más precisos.
“La compañía nació de la idea de dotar a una impresora 3D de ojos y cerebro”, dice el cofundador y CEO de Inkbit, Davide Marini Ph.D.
Con esta idea, Inkbit desbloquea una gama de aplicaciones y puede imprimir materiales más flexibles con mucha más precisión que otras impresoras. Si un objeto, incluidos los componentes electrónicos como un chip de computadora, se coloca en el área de impresión, la máquina puede imprimir con precisión los materiales a su alrededor. Además, una vez impreso, la máquina conserva una réplica digital que se puede utilizar para comprobar la calidad. Veamos cómo funciona.
Inkbit es una empresa en etapa inicial, pero planea empezar a vender productos impresos a finales de este año.
“Todos saben que las ventajas de la impresión en 3D son enormes”, dice Marini. “Pero la mayoría de la gente está experimentando problemas al adoptarla. La tecnología aún no está ahí. Nuestra máquina es la primera que puede aprender las propiedades de un material y predecir su comportamiento. Creo que será transformadora, porque permitirá a cualquiera pasar de una idea a un producto utilizable de forma extremadamente rápida. Abre oportunidades de negocio para todos”.
Algunos de los materiales más difíciles de imprimir son también de los más utilizados en la industria moderna. Hablamos de materiales como el caucho, la silicona, y materiales de alta temperatura como el epoxi. Estos materiales se siguen produciendo a la antigua, lo que lleva a una distribución desigual. Entonces, lo que busca esta nueva empresa desde el MIT es poder crear métodos de producción más eficientes y rápidos como la impresión 3D. Y es probable que a finales de este año tengamos productos impresos de alta calidad en el mercado.