Uno de los miedos del ser humano tiene que ver con la vejez, ese natural paso antes de la muerte al que nadie quisiera llegar con el cuerpo arrugado y deteriorado tanto por dentro como por fuera.

Por lo mismo, siempre ha existido el mito de que algún día se alcanzará, gracias a la ciencia, esta juventud eterna- aunque antiguamente se pensara que se podía hallar en una fuente de agua perdida en alguna montaña recóndita-.

Ahora, aquello que parecía un anhelo imposible del ser humano o parte de una película de ciencia ficción, puede realmente no ser sólo un mito, ya que recientes investigaciones de los farmacólogos del Colegio Albert Einstein de New York, revelaron que la fuente de la eterna juventud podría estar en el hipotálamo y gracias a que se puede inyectar un compuesto denominado GnRH y destinado a la proteína NF-kB, que es la que está vinculada con los procesos degenerativos relacionados con el envejecimiento. Por supuesto, este compuesto detiene el deterioro.

Por supuesto, estas pruebas primero han sido realizadas en ratones y además el hipotálamo y la proteína NF-kB no son los únicos que forman parte del envejecimiento, por lo que también habrá que tener en cuenta los demás factores, mismos que serán estudiados en la siguiente etapa del proyecto.

Al mismo tiempo, los científicos a cargo indicaron que deberán hacerse más ensayos en seres humanos, ya que se cree que uno de los efectos secundarios de la inyección de GnRH, es que al llegar, por ejemplo, a los 120 años o más, la persona sometida al tratamiento sufra una combustión espontánea o bien desarrolle brotes psicóticos.

Más información en Live Science

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