Los científicos han hecho un interesante descubrimiento reciente que arroja nueva luz sobre cómo nuestros ancentros humanos prehistóricos cazaban los alimentos. Los científicos han descubierto que los ancestros del hombre moderno comenzaron a cazar con lanzas con puntas afiladas piedras de hace 500.000 años. El descubrimiento muestra que nuestros antepasados ​​cazaban con lanzas 200.000 años antes de lo que se creía anteriormente.

Anteriormente, los científicos creían que nuestros antepasados ​​comenzaron a cazar con lanzas con punta de piedra alrededor de 300.000 años atrás. Sin embargo, los científicos recientemente compararon el desgaste visible en una punta de piedra de 500.000 años de antigüedad encontrado en el sur de África con las modernas puntas de piedra experimentales lanzados por una ballesta especialmente calibrada en una carcasa de gacela. La prueba permite a los científicos para demostrar que las puntas de lanza se había utilizado para la caza.

Los científicos dicen que tanto los neandertales y los humanos prehistóricos cazaban con lanzas con punta de piedra. Sin embargo, este descubrimiento es la primera evidencia que demuestra que la tecnología de lanza de caza se originó antes de o cerca de las desviaciones de las dos especies. Los científicos dicen que las puntas de lanza de piedra se encuentran comúnmente en sitios arqueológicos de la Edad de Piedra de cerca de 300.000 años.

Las puntas de piedra de 500.000 años de edad investigados en el estudio procedían de un sitio arqueológico sudafricano llamado Kathu Pan 1. La investigación demostró que las puntas de piedra también se utilizaran en la década del Pleistoceno Medio, que es un período asociado a Homo heidelbergensis.

Homo heidelbergensis se dice que es el último ancestro común de los neandertales y los humanos modernos. Los puntos de piedra investigados en el estudio muestran ciertos tipos de fracturas que se producen comúnmente cuando las puntas se utilizan para hacer comparaciones con el uso de las puntas de piedra para otras funciones.

“Las puntas arqueológicas tienen daño que es muy similar a puntas de lanza de réplica utilizados en nuestro experimento. Este tipo de daño no se crea fácilmente a través de otros procesos”, indicaron los científicos.

“Ahora parece que algunas de las características que asociamos con los humanos modernos y nuestros parientes más cercanos se remontan más atrás en nuestro linaje”.

Más detalles en: Slashgear

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