Investigadores indicaron a la revista Proceedings of the Royal Society B que este descubrimiento permite a elevar a 192 las especies de estos insectos en América Central y América, pertenecientes al tipo orthocentrine parasitoide.

Las avispas de la subfamilia Orthocentrinae (familia Ichneumonidae), que comen a sus anfitriones vivos, tienen uno pocos milímetros de longitud y se habían perdido de los registros científicos.

Sin embargo, un estudio dirigido por Anu Veijalainen de la Universidad de Turku, Finlandia, y que incluyó al experto en avisás del Museo de Historia Natural Broad Gavin, reveló 177 especies que aún no han sido descritas o incluso nombradas.

Esto es más que el número total de especies registradas en América del Norte (151), donde se han estudiado mucho mejor. Se pensaba que las avispas orthocentrine eran más diversas en los climas templados, pero este estudio sugiere que no es el caso y da una visión mucho más precisa de la biodiversidad mundial de la avispa parasitoide.

“Ahora tenemos evidencia de que estas avispas son muy diversas en los trópicos y debemos tener esto en cuenta cuando se mira en los patrones de biodiversidad en todo el mundo”, dice Broad.

El equipo identificó las avispas mediante el estudio de sus formas corporales y características (morfología) de miles de ejemplares, y la prueba del ADN de cientos de muestras, recogidas en 27 sitios.

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