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Pioneros en óptica cuántica lograron el Premio Nobel de Física

La Real Academia de Ciencias de Suecia distinguió con el galardón al científico francés Serge Haroche y el estadounidense David Wineland “por abrir la vía a una nueva era de experimentación en la física cuántica al demostrar la observación directa de partículas cuánticas individuales sin destruirlas”.

Sus descubrimientos han sentado las bases de la actual investigación fotónica, que aprovecha las propiedades de las partículas de la luz para crear nuevas tecnologías y profundizar en la comprensión de las leyes físicas. Entre los avances que se han derivado de esta línea de investigación, la academia sueca destaca los computadores cuánticos ultrarrápidos y los relojes cuánticos ultraprecisos.

Haroche, de 68 años, es profesor del Collège de France y de la École Normale Supérieure en París. Wineland, también de 68 años, es físico del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) en Boulder (Colorado, EE.UU.). Ambos compartirán los 8 millones de coronas suecas del premio.

Trabajando de manera independiente, Wineland y Haroche consiguieron un hito que se consideraba inalcanzable: manipular partículas individuales sin que se perdieran sus propiedades cuánticas. Wineland lo consiguió utilizando fotones para inmovilizar átomos con carga eléctrica (iones) y estudiar sus propiedades. Haroche lo consiguió utilizando la estrategia opuesta: utilizó átomos para inmovilizar fotones y estudiar sus propiedades.

Dado que las partículas individuales pierden sus propiedades cuánticas en cuanto interactúan con su entorno, las investigaciones se veían limitadas a trabajos teóricos hasta que Wineland y Haroche lograron capturarlas y estudiarlas una a una.

“Sus métodos innovadores han permitido hacer los primeros pasos hacia la construcción de un nuevo tipo de computador superrápido basado en la física cuántica”, destaca la academia sueca.

Fue el propio Wineland quien demostró por primera vez que era posible hacer operaciones de computación con bits cuánticos (o qubits). Aunque estas operaciones se han limitado hasta ahora a unos pocos qubits, “no hay motivo para pensar a priori que no sea posible conseguir estas operaciones con muchos más qubits”.