El cambio climático no sólo tiene repercusiones en especies animales o deshielos de los glaciares, sino que ahora los viajeros frecuentes se verán enfrentados a mayores turbulencias en sus vuelos, un incremento que llegará a su clímax en el 2050.

La revelación la hicieron los científicos británicos, quienes diseñaron, a través de supercomputadoras, un modelo que logra predecir el número de turbulencias en aire para el año 2050, obteniendo que en comparación con lo que sucede en la actualidad, esta cifra se multiplicará por dos.

Según los investigadores, “hemos calculado las futuras turbulencias de 21 maneras diferentes. Por encima de los 50 grados latitud norte – zona que abarca desde el Reino Unido hasta los países nórdicos-, y todos los resultados mostraron un incremento en las corrientes”; lo que en definitiva significa que los vuelos serán más agitados, largos e incrementarán además el consumo de combustible y las emisiones de CO2.

Eso sí, cabe destacar que este estudio se basan en turbulencias claras, es decir, aquellas que no son visibles por el piloto, ni que se pueden detectar por los radares o satéites.

Al respecto, Paul Williams, autor del estudio, indicó que “las turbulencias no sólo interrumpen el servicio de bebidas en los aviones, sino que constituyen un riesgo para los pasajeros y la tripulación, así como para los aviones que pueden sufrir daños. Se necesita desarrollar nuevos métodos para predecir las regiones con turbulencias y que así los pilotas puedan evitarlas”.

Finalmente, cabe destacar que el estudio se realizó en la mitad norte del océano Atlántico, porque es el corredor más transitado con un tráfico medio de unos 600 aviones diarios.

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