Un chip insertado en el plástico y que modificará el actual mecanismo de validación por banda magnética, promete mitigar los fraudes y estafas a usuarios chilenos de tarjetas de crédito. Se trata del estándar de interoperabilidad EMV, un protocolo que tiene por objetivo realizar un control más detallado de las transacciones por esta vía, y que en el mediano plazo será adoptado desde octubre en Chile.

La solución fue adelantada en la XII versión del Congreso Latinoamericano de la Banca, encuentro sobre innovación financiera que se realizó en septiembre en Panamá, donde se presentaron los próximos cambios en materia de virtualización, nuevas tecnologías, seguridad y migración de transacciones en América Latina.

Jorge Podlech, de Diebold Chile, una de las empresas expositoras en la cita, explicó que “el objetivo es proteger a los usuarios para que no se clonen las tarjetas. La gracia de este proyecto es que el chip no lo van a poder clonar, a diferencia de la fabricación de una tarjeta con banda magnética, que sí la pueden clonar”.

“El chip va a requerir una clave, y van a estar unidos, el RUT, la clave, las características de los productos y las características que el banco quiera asignar como clave y algoritmo de protección. Vamos a tener un mercado de transacción de tarjetas mucho más seguro”, afirmó Podlech, quien estimó que el proceso de fabricación, reposición de plástico y migración de transacciones para los seis millones de chilenos bancarizados podría extenderse por entre seis meses y un año.

Por su parte, Leonel Martínez, gerente de seguridad en cajeros en Latinoamérica de Diebold, explicó que “hay medidas de seguridad en beneficio de mitigar el riesgo de fraudes, y una de esas medidas es incorporar tecnología de EMV sin contacto. Es decir, no se introduce la tarjeta en lector y evitar la utilización de la banda magnética en la tarjeta Bancaria, pues sólo aproximarla la tarjeta a un validado”.

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