La compañía de Redmond reconoció que el lanzamiento de su propio tablet puede marcar un antes y un después con sus aliados en el mundo del hardware, ya que comenzará a competir con ellos, lo que puede causar un grave problema a la masificación de Windows 8.

Esta situación fue informada en su presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, destacando que su relación con los OEM o fabricantes de equipos originales puede quedar debilitada.

“Nuestros equipos Surface competirán con los productos fabricados por nuestros socios OEM, lo que puedan afectar a su compromiso con nuestra plataforma”, es la cita.

Esto cambia el panorama de la empresa, puesto cuando Microsoft presentó su tablet Surface, las implicancias de su desarrollo y su eventual competencia con sus socios no fueron tratadas en forma pública.

Incluso el CEO Steve Ballmer indicó que la llegada de Surface “marcará el punto de partida” para los dispositivos que ejecutan el nuevo Windows 8, pero recalcó que “la importancia de los miles de socios que tenemos para diseñar y producir equipos con Windows no va a disminuir”.

La competencia de Microsoft con sus clientes es un asunto delicado, y hasta el momento la compañía no había hablado en público sobre el tema. Con este informe, la multinacional reconoce por fin uno de los riesgos más importantes de su estrategia con Surface.

Más detalles en: New York Times

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