Para Thorsten Heins la compañía no está en un llamado “espiral de la muerte” a pesar de los pésimos resultados económicos y el retraso en el lanzamiento de su ansiado BlackBerry 10, en el cual tienen depositadas todas sus esperanzas de continuidad.

Además, Heins enfrentó los cuestionamientos sobre la mantención de su propio sistema operativo y no intentar abrirse a los ya existentes en el mercado, indicando que BlackBerry no es solo un SO sino una nueva forma de entender la informática móvil.

Junto con ello, reconoció que el presente de RIM en EEUU es crítico, pero apuntó que las ventas de su dispositivo se mantienen en forma constante en otros puntos del orbe.

Con estas palabras, el ejecutivo busca frenar la ola de negativas noticias que enfrenta la compañía canadiense, donde su cada vez desplazada presencia en el mundo de los dispositivos móviles, a manos de Android e iOS, lo llevó a despedir a más de 5.000 trabajadores en el último tiempo.

A esto se suma la dilatada llegada de su nuevo sistema operativo BlackBerry 10, el cual en su minuto fue anunciado para finales de año, pero que luego fue retrasado para 2013, lo que para muchos es el “K.O.” definitivo para RIM y su sobrevivencia.

En este escenario, varios analistas apuntan a una venta de la compañía o de sus patentes o un caso más extremo, su disolución.

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