Un grupo de investigación de Japón desarrolló una técnica de transfección de vectores doble virales, el cual permite transportar genes hacia un circuito específico neuronal, mediante la combinación de dos nuevas clases de vectores de transferencia de genes.

Gracias a este método, se determinó que estas vías indirectas, que supuestamente se perdieron cuando la evolución estableció la conexión directa desde el cerebro a las neuronas motoras, juegan un papel preponderante en los movimientos de las manos.

Investigaciones anteriores han mostrado que la capacidad para mover las manos es el resultado de la conexión del área motora cerebrocortical con las neuronas motoras de la médula espinal, que controlan los músculos.

En los animales en tanto, salvo los primates, el área motora cortical está conectada a las neuronas motoras, sólo a través de interneuronas de la médula espinal.

Los científicos utilizaron la transfección de vectores doble virales para suprimir, de forma selectiva y reversible, las neuronas propiospinales (que median entre la conexión indirecta y la zona cortical motora de las neuronas espinales motoras), lo que mostraron que las vías indirectas vistas en animales, aún siguen presentes en el hombre.

Tadashi Isa concluye que “esta nueva técnica se puede aplicar a la terapia génica del sistema nervioso central humano, e invierte la idea general de que la médula espinal es sólo una vía de reflejo, ya que también desempeña un papel fundamental en la integración de las señales neuronales complejas que permiten los movimientos diestros”.

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